Uno de los problemas mas importantes a nivel nacional y mundial es la presencia de Diabetes Mellitus (DM) en la población total, ya no es un grupo de edades comprometido, ya que afecta a millones de personas en diferentes etapas de la vida. Las consecuencias en la salud del individuo debidas a esta enfermedad son múltiples, pudiendo afectar su productividad e incluso en su estado de ánimo y relaciones sociales, llevándolo a padecer años de sufrimiento físico y anímico muchas veces irreversible. Es importante resaltar que esta patología también es generadora de complicaciones de difícil manejo e incluso incapacitantes. A lo largo del tiempo se han buscado alternativas terapéuticas efectivas para el manejo de dicha enfermedad y sus complicaciones, las cuales deben ser administradas y combinadas de acuerdo con el tipo de paciente, recordando que la patología es una, pero se puede manifestar de maneras diferentes. Actualmente existen diferentes familias de medicamentos para el tratamiento de la DM, sin embargo, en muchos de los casos producen numerosos efectos adversos o sus efectos farmacológicos no llegan a ser eficaces. Los inhibidores de la dipeptidil peptidasa 4 (DPP-4) mejoran el control glucémico en pacientes con DM tipo 2, al incrementar las concentraciones de las hormonas incretinas activas como el péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1) y el péptido insulinotrópico dependiente de la glucosa (GIP). Se ha demostrado que el tratamiento con inhibidores de la DPP-4 mejora la respuesta de las células beta a la glucosa y estimula la biosíntesis y la liberación de insulina. Existen al menos 5 diferentes gliptinas inhibidoras de la DPP-4 en el mercado, sin embargo, su alto costo impide que una gran parte de la población no tenga acceso a esta familia de medicamentos.